Una investigación, publicada en la revista Harvard Business Review, detalla las mejores tácticas tras entrevistar a 37 mujeres que ocupan puestos directivos
Alcanzar un puesto de toma de decisiones y mantenerlo es el gran desafío de muchas mujeres líderes. Brenda F. Wensil y Winifred Ernst, autoras de una investigación publicada en la revista Harvard Business Review y entrenadoras ejecutivas de mujeres líderes, querían entender por qué algunas mujeres son capaces de sostener y mantener el impulso de su carrera, a pesar de los problemas sistémicos y estructurales a los que se enfrentan en el lugar de trabajo.
“Jackie empezó su carrera como científica dedicada al descubrimiento de fármacos. Al cabo de unos años, se dio cuenta de que quería trabajar en el ámbito de la estrategia. Pero cada vez que intentaba cambiar, la rechazaban. Lo mismo le ocurría cuando solicitaba puestos externos que ampliaran su experiencia comercial o empresarial. Nadie veía más allá de sus conocimientos. Se sentía estancada”, aseguran las especialistas al comienzo de la publicación.
Wensil y Ernst, pidieron a estas líderes que describieran los momentos cruciales que les ayudaron a mantener el impulso de su carrera. “El análisis de estos momentos nos ayudó a comprender los rasgos clave que les ayudaron a perseverar cuando se sentían estancadas. Aunque las mujeres con las que hablamos tenían distintos antecedentes, intereses, personalidades y carreras, emplearon al menos dos de los tres comportamientos siguientes para mantener el impulso durante esos momentos cruciales”, sostienen.
Las 3 estrategias clave
1. Un impulso concentrado
Llámenlo tenacidad, determinación o persistencia. Cuando se enfrentaron a contratiempos, estas mujeres contaron historias en las que recurrieron a su temple interior, lo que les ayudó a situar las dificultades a corto plazo en el contexto de sus objetivos más elevados.
“Por ejemplo, Lydia nunca vaciló en su objetivo de ser Directora General de una empresa de inversiones. Veía cada oportunidad profesional como una forma de impulsar su objetivo. ‘Tuve diversas experiencias que me ayudaron a desarrollarme y conocer todas las partes del negocio, desde RRHH a tecnología, operaciones, administración, ventas y marketing’, dice. Y continúa: ‘Pasé al negocio de la jubilación y luego de la banca a los seguros. Es importante prepararse para el puesto que uno quiere’”, detallan.
2. Un deseo incesante de aprender
Estas mujeres mostraron algo más que la capacidad de aprender: estaban motivadas para buscar oportunidades que les proporcionaran nuevas experiencias, retos y conocimientos.
“Por ejemplo, Mary, ahora presidenta y consejera delegada de una empresa pública, empezó como abogada. Aceptó dirigir asuntos regulatorios y luego pasó a ser directora financiera, donde dice que empezó de cero. Reclutó a analistas varios niveles por debajo de ella, hizo las preguntas correctas, rebatió los datos, tomó las decisiones y vio cómo se disparaban las acciones”, explican.
Según las expertas, otro ejemplo de ello fue Mara, ex Directora General de un gran distrito médico que incluye 560 acres de instalaciones de investigación médica, que “no sabía nada de bienes inmuebles ni de cómo transformar una organización. Pero sí sabía de sanidad y de cómo reunir a equipos de expertos y dirigirlos hacia un objetivo”.
3. Una mentalidad ágil
Todas las mujeres con las que hablaron demostraron un pensamiento flexible, incluida la capacidad de evaluar rápidamente una situación y determinar un camino a seguir. Cuando se trataba de sus propias carreras, se reinventaban a sí mismas o transformaban los proyectos en los que trabajaban.
“Jen era vicepresidenta antes de cumplir los 30, y se le fueron abriendo puertas hasta que fue una directora administrativa (CAO) tan excelente que nadie la veía como directora financiera: en dos empresas la pasaron por alto dos veces para el puesto. Tras hablarlo con un asesor de confianza, decidió que necesitaba refundir su trabajo, su éxito y su reputación en una nueva forma de verla como Directora Financiera. Así que se mudó una vez más, ayudó a construir los clientes financieros de esta siguiente empresa, trabajó con el equipo de producto para priorizar características, vendió a otros CAO y dirigió el negocio en Europa”, cuentan las expertas.
Y agregan: “Estos amplios éxitos le aseguraron el ascenso a Directora Financiera y Presidenta de una empresa global. Esto es lo que significa tener una mentalidad ágil. Se trata de ser versátil y estar abierto a nuevas opciones y formas de alcanzar un objetivo”.
Recuperar el impulso de su carrera
Wensil y Ernst manifiestan que la mayoría de las mujeres con las que hablaron pivotaron, se desplazaron lateralmente, adquirieron más experiencia o se trasladaron a empresas más pequeñas en algún momento de su carrera para mantener el impulso o crearlo cuando estaban estancadas.
“El 70% de las mujeres con las que hablamos pivotaron dos veces o más para tomar impulso. Dentro del 27% de mujeres que permanecieron en la misma empresa, más de la mitad describieron traslados geográficos, cambios de campo completos dentro de una empresa multinacional o maniobras ágiles para sobrevivir a adquisiciones”, explican.
A la hora de tomar la decisión de pivotar, las mujeres con las que hablaron recomendaron las siguientes estrategias:
1. Dejarse guiar por los objetivos profesionales. “Si te ofrecen la oportunidad de desempeñar un puesto fuera de los límites de tu especialidad actual o te animan a hacer un movimiento lateral para aprender nuevas áreas del negocio o adquirir nuevas habilidades, asegúrate de que tu decisión se basa en tus objetivos profesionales finales”, aconsejan.
2. Tener una claridad épica sobre la marca personal. Según las investigadoras, el 83% de las mujeres entrevistadas afirmaron que la claridad de objetivos y la gestión de la marca eran cruciales para recuperar el impulso. “Si querés hacer un cambio, tenés que saber cuál es tu reputación y por qué la gente debería llamarte. Realizar una pequeña investigación sobre la marca propia es clave. ¿Es tu reputación lo que querés que sea? ¿Qué dicen de vos cuando no estás presente?”, dicen.
3. Buscar cualquier oportunidad para aprender. Para ellas, el conocimiento es poder. “Intentá identificar lo que necesitás aprender, ya sea un nuevo producto, una nueva herramienta de automatización, información sobre la competencia o un nuevo mercado, y cómo lo vas a aprender. Querés que la gente reconozca que, aunque no conozcas un tema, sos una persona que aprende y lo vas a hacer rápidamente”, indican.
“Jackie, la química que quería dedicarse a la estrategia, decidió cambiar totalmente de sector y de función y se incorporó a una fábrica de cerveza independiente. Se propuso aprender todos los aspectos del negocio y empezó a redefinir su marca como líder experimentada e innovadora. Después de varios años y de pasar de las ventas a la consultoría, volvió a la industria farmacéutica como directora sénior y, finalmente, alcanzó un puesto de nivel C. Fue transparente con su liderazgo y puso mis aspiraciones en el radar”, concluyen.