Cada 21 de febrero se conmemora el Día Mundial de la Lengua Materna, una fecha establecida por la Unesco en 1999 con el objetivo de resaltar la importancia de los idiomas nativos en la identidad cultural y la educación.
Esta celebración busca promover la diversidad lingüística y fomentar el uso de las lenguas maternas, reconociendo su papel fundamental en la construcción del conocimiento y en la relación de los niños con su entorno.
Según datos de la Unesco, cada dos semanas desaparece una lengua en el mundo. Actualmente, de las más de 7,000 lenguas que existen, el 40 % están en peligro de extinción, lo que representa una pérdida irreparable para la diversidad cultural y el patrimonio inmaterial de la humanidad.
Ante esta situación, la ONU y la Unesco han implementado diversas estrategias para la protección de las lenguas en riesgo, entre ellas:
- Fomentar la educación en lengua materna en escuelas y comunidades.
- Desarrollar políticas públicas que reconozcan y protejan las lenguas en peligro.
- Impulsar el uso de lenguas indígenas en los medios de comunicación y la tecnología.
- Documentar y digitalizar lenguas para su preservación a largo plazo.
Para la ONU, la educación en varias lenguas, especialmente en idiomas minoritarios e indígenas, contribuye a sociedades más inclusivas y equitativas. Además, destaca que el multilingüismo fortalece la transparencia y la eficiencia en organismos internacionales, promoviendo una comunicación armoniosa entre los pueblos y facilitando la diplomacia multilateral.
La conmemoración del Día Mundial de la Lengua Materna es un recordatorio de la urgente necesidad de preservar las lenguas y fomentar su uso en la educación y la vida cotidiana. La diversidad lingüística es un pilar fundamental del patrimonio cultural de la humanidad, y su protección es responsabilidad de todos.