Sin embargo, su consumo genera debates en torno a la mejor forma de prepararlo para preservar su perfil nutricional y minimizar los riesgos para la salud. La cocción y los métodos de preparación afectan el sabor, la textura y la biodisponibilidad de sus nutrientes.
¿Cuál es la forma más saludable de consumir huevo?
Un estudio publicado en la National Library of Medicine muestra que los huevos cocidos tienen una digestibilidad significativamente mayor (90,9%) en comparación con los huevos crudos (51,3%). El calor desnaturaliza las proteínas, haciendo que sean más accesibles para el organismo. Sin embargo, cocinarlos en exceso puede reducir la biodisponibilidad de nutrientes sensibles al calor, como la luteína y la zeaxantina, antioxidantes esenciales para la salud ocular.
Métodos como hervir los huevos o cocinarlos al vapor son los más recomendados, ya que garantizan la seguridad alimentaria sin comprometer el valor nutricional. Estas técnicas eliminan la necesidad de aceites o grasas adicionales, lo que las hace ideales para quienes buscan controlar su ingesta calórica o tienen restricciones dietéticas.
Los efectos del huevo frito en la salud
Freír los huevos puede alterar significativamente su perfil calórico debido a la absorción de grasas del medio de cocción. Un análisis indica que los huevos fritos pueden absorber entre el 64% y el 88% del aceite utilizado. Aunque el contenido de ácidos grasos del huevo permanece estable, el consumo de aceites ricos en grasas saturadas puede aumentar el riesgo de problemas cardiovasculares.
El proceso de fritura también genera compuestos oxidativos, que pueden afectar la calidad del alimento. Esto se intensifica si el aceite se reutiliza o se somete a altas temperaturas por largos períodos. Para minimizar estos riesgos, es preferible cocinar los huevos con otros métodos o en sartenes antiadherentes que requieran poca grasa.
Beneficios de consumir un huevo duro al día
Consumir un huevo duro ofrece múltiples beneficios nutricionales y de salud. Este método conserva la mayoría de los nutrientes esenciales del huevo, como proteínas de alta calidad, colina, vitamina D y folato. Estos nutrientes son clave para funciones vitales como el desarrollo cerebral, el mantenimiento óseo y la regulación del metabolismo.
La colina es especialmente beneficiosa para las mujeres embarazadas, ya que juega un rol fundamental en el desarrollo del sistema nervioso del feto y el crecimiento infantil.
Además, los huevos duros promueven la saciedad, ayudando a controlar el apetito y gestionar el peso corporal. Esto se debe a su contenido proteico, que prolonga la sensación de plenitud.