Tras una batalla de tres años contra la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA por sus siglas en español y ALS por sus siglas en inglés), Bryan Randall, quien fuera la pareja de Sandra Bullock desde hace ocho años murió a los 57 años.
“Con gran tristeza compartimos que el 5 de agosto, Bryan Randall falleció en paz después de una batalla de tres años contra ALS”, compartió su familia. “Bryan decidió desde el principio mantener en privado su [batalla] y nosotros que lo cuidamos hicimos todo lo posible para cumplir con su pedido”, dijo la familia del fotógrafo a través de un comunicado obtenido por People.
“Estamos inmensamente agradecidos con los médicos que navegaron con nosotros y con las asombrosas enfermeras que se convirtieron en nuestras compañeras de cuarto, a menudo sacrificando a sus propias familias para estar con la nuestra. En este momento pedimos privacidad para llorar y hacer frente a la imposibilidad de despedirnos de Bryan”.
Bullock y Randall se conocieron durante una sesión de fotos, cuando Randall retrató a Louis, el hijo de la actriz. Un año más tarde, la pareja compartió que mantenían una relación amorosa. De hecho, hicieron su primera aparición pública en la boda de Jennifer Aniston y Justin Theroux.
Durante una de sus apariciones en Red Table Talk, la protagonista de películas como The lost city y Bird box confesó que por fin había encontrado a su príncipe azul.
“Encontré el amor de mi vida. Compartimos dos hermosos hijos: tres hijos, la hija mayor [de Randall y Louis y Laila por parte de Bullock]. Es lo mejor que he tenido”, dijo la artista quien recalcó que el fotógrafo era un excelente ejemplo para sus hijos.
“Tengo un compañero que es muy cristiano y hay dos formas diferentes de ver las cosas. No siempre estoy de acuerdo con él y él no siempre está de acuerdo conmigo… Soy terca, pero a veces necesito sentarme y escuchar y decir: ‘Lo dices de manera diferente, pero queremos decir exactamente lo mismo’”, dijo.
La Esclerosis Lateral Amiotrófica es una enfermedad que afecta las células nerviosas motoras, al desgastarse ya no pueden enviar mensajes a los músculos lo que provoca inmovilidad.
¡En paz descanse!