En su ya habitual estilo irreverente y meta, «Los Simpson» han vuelto a bromear sobre su inmortalidad televisiva en el primer episodio de la temporada 36, titulado «El cumpleaños de Bart». Esta vez, la longeva serie creada por Matt Groening se burla de su propio final, dejando a los fans con una pregunta clave: ¿qué pasaría si la serie realmente llegara a su fin?
El episodio comienza con un evento en un teatro, lleno de personajes icónicos de la serie y celebridades como John Cena, con la animada versión de Conan O’Brien como maestro de ceremonias. Desde el inicio, la serie rompe la cuarta pared cuando O’Brien revela que todo ha sido una trampa para los personajes y los espectadores, indicando que los guionistas han utilizado una inteligencia artificial para escribir este «episodio final«. Esto desencadena una hilarante protesta de Tom Hanks, que expresa su frustración al descubrir que no es el verdadero final de la serie.
El humor del episodio se intensifica cuando O’Brien sugiere que Fox lleva décadas intentando cancelar la serie, afirmando que tras el primer episodio en 1989, algunos espectadores ya lo consideraban menos gracioso que antes. Este monólogo da paso a un viaje nostálgico con escenas de episodios clásicos, mientras O’Brien menciona que varios de estos capítulos fueron originalmente concebidos como posibles finales de la serie.
A lo largo del episodio, se presentan finales absurdos y clichés para personajes emblemáticos como el Sr. Burns, quien muere cayendo en un pozo de ácido, o el director Skinner, que se muda con Willie a Sacramento, lo que según los personajes podría ser el inicio de un spin-off. Todo parece dirigirse hacia un cierre definitivo, con múltiples personajes proclamando que echarán de menos Springfield.
El giro inesperado ocurre cuando Bart, consciente del supuesto final, se da cuenta de que está cumpliendo 11 años, lo cual es un evento imposible dentro del universo de Los Simpson. Negándose a soplar las velas del pastel, Bart desmantela todo el proceso, frustrando el intento de dar un cierre a la serie.
El capítulo culmina con parodias de los finales de series legendarias como Breaking Bad, Los Soprano, Succession y Mad Men, en un guiño más a los fans que esperan con ansias un desenlace definitivo. Pero, en el estilo clásico de Los Simpson, la serie continúa, mostrando que la verdadera inmortalidad de Springfield es el hecho de que nunca terminará.