El 4 de septiembre se conmemora el “Día Mundial de la Salud Sexual”, una celebración con el fin de sensibilizar y concienciar a la gente sobre los problemas sexuales y la educación en este aspecto.
También, tiene como objetivo destacar la importancia que tiene el ámbito sexual en la vida humana, como todos los demás eventos relacionados con enfermedades que hay a lo largo del año.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció en 2002 que la salud sexual es un estado de bienestar físico, emocional, mental y social en relación con la sexualidad; no es simplemente la ausencia de disfunción o enfermedad.
Además, la OMS destacó que la salud sexual requiere un enfoque positivo y respetuoso de la sexualidad y las relaciones sexuales, así como la posibilidad de tener experiencias sexuales placenteras y seguras, libres de coerción, discriminación y violencia.
¿Para qué nos sirve contar con una definición de algo a lo que deberíamos aspirar todas las personas?
Según la OMS, nos sirve para que entendamos que podemos tener y mantener una buena salud sexual, la cual tiene que ver con nuestra responsabilidad por conocer, respetar, proteger y ejercer los derechos sexuales, propios y de todas las personas.
Desde 2010 se celebra el «Día Mundial de la Salud Sexual», promovido por la Asociación Mundial para la Salud Sexual (WAS) y los profesionales de la educación sexual en el mundo, quienes buscamos promover, justamente la salud, el bienestar y los derechos de todos.
La sexualidad tiene que ver con quiénes somos, cómo nos percibimos, cómo nos mostramos ante los demás y cómo la sociedad nos ve con todas nuestras características. Es decir, no es únicamente un asunto de penes y vulvas sino que va muchísimo más allá, llegando al objetivo de vivirnos desde el interior y hacia el exterior siendo como somos.