La pandemia ha reducido la incidencia de la meningitis en la población infantil hasta en un 90%. Se trata de un dato contrastado que la Asociación Española Contra la Meningitis (AEM) confirma, pero también advierte y pide que no nos relajemos en su tratamiento. Esta reducción de casos responde a la burbuja que ha supuesto el confinamiento, pero cuando este acabe, la tasa volverá a crecer, porque estamos ante una enfermedad que sigue presente y de la que necesitamos aún protegernos. Bien es cierto que la vacunación frente al meningococo también está ayudando mucho a reducir su incidencia, pero aún existe un 30% de las familias de nuestro país que no puede acceder a ella. Y las consecuencias son graves.
De ello hemos hablado con Cristina Regojo, presidenta de la AEM, y con Elena Moya, vicepresidenta de la AEM, que nos han explicado cuáles son estas graves secuelas producidas por no vacunarse y quedar desprotegidos. Ambas se reafirman en que este peligro existe: “en algunas Comunidades Autónomas la vacuna contra la meningitis está incluida en el calendario, pero en otras no”. Y no, no es una cuestión de clase o de código postal.