AtaRDecer.- República Dominicana celebra con orgullo el primer anillo de la NBA que llega a sus tierras, gracias a Al Horford, quien fue una pieza clave en la victoria de los Boston Celtics sobre los Dallas Mavericks en las Finales, con un marcador decisivo de 106-88 en el quinto partido de la serie celebrado en el TD Garden de Boston.
Después de un intento fallido en 2022, donde los Celtics fueron derrotados por los Golden State Warriors, Horford finalmente consiguió el ansiado título a los 37 años. A pesar de su edad, Horford se mantuvo como un jugador fundamental para los Celtics, especialmente debido a los problemas físicos del pívot letón Kristaps Porzingis durante los playoffs.
Lo curioso de su coronación es que Horford se consagró campeón siendo mayor que su entrenador, Joe Mazzulla, quien tiene 35 años. Tras 186 partidos de postemporada, Horford finalmente alcanzó el título con los Celtics, la franquicia en la que ha jugado en dos periodos distintos: de 2016 a 2019 y desde 2021 hasta la actualidad.
Horford es uno de los jugadores más queridos en Boston, una ciudad con una rica historia de deportistas dominicanos, como David Ortiz en los Medias Rojas de la MLB. Ahora, Horford se suma a esta historia de éxitos, logrando un triunfo inmortal en el mejor baloncesto del mundo.
Estas fueron sus segundas Finales, ya que en 2022 los Celtics, entrenados por Ime Udoka, cayeron ante los Warriors de Steph Curry, Klay Thompson y Draymond Green, quienes celebraron su cuarto anillo desde 2015.
Dos años después, Horford ha demostrado mantener un excelente estado de forma. Aunque sus estadísticas no siempre reflejan su impacto, finalizó estas Finales con un promedio de siete puntos, 6.2 rebotes y 2.6 asistencias por partido. En el decisivo juego del lunes, Horford anotó nueve puntos, capturó nueve rebotes, dio dos asistencias y realizó dos robos.
Horford celebró emotivamente su primer anillo en 17 temporadas de la NBA, rodeado de su familia y compartiendo un sentido abrazo con su compañero Jayson Tatum. Este logro no solo es un hito personal para Horford, sino también un momento histórico para la República Dominicana en el baloncesto mundial.