Las altas temperaturas y la presencia del polvo del Sahara están afectando de forma significativa la salud visual de los dominicanos, advirtió la oftalmóloga Judith Portorreal, especialista en ojo seco. Según explicó, estas condiciones ambientales intensifican los síntomas de resequedad ocular, aumentan los cuadros de alergias, conjuntivitis y otras infecciones oculares.
La doctora Portorreal señaló que el calor extremo acelera la evaporación de las lágrimas, dejando los ojos desprotegidos y propensos a inflamaciones. Esto provoca ardor, picazón, enrojecimiento, lagrimeo excesivo y visión borrosa. A este panorama se suma el polvo sahariano, cuyas partículas microscópicas, cargadas de virus, bacterias y hongos, irritan aún más la superficie ocular y reducen la calidad del aire.
Para mitigar los efectos, la especialista recomienda lavar el rostro con frecuencia, usar lágrimas artificiales, llevar gafas de sol y evitar el uso indiscriminado de gotas para “ojos rojos”. También destacó una novedosa opción preventiva: la terapia con luz pulsada intensa (IPL), la cual ayuda a reducir la inflamación, mejorar la calidad de la lágrima y aliviar síntomas de resequedad y alergias. “La prevención es fundamental. Con medidas simples y atención a tiempo se pueden evitar complicaciones mayores”, concluyó Portorreal.