Descubrir un bulto en los senos puede ser preocupante, pero no siempre indica un problema grave. Sin embargo, conocer las señales de alerta y actuar a tiempo es clave para la salud mamaria.
¿Cómo identificar un bulto en el seno?
Un bulto se percibe como una masa firme que destaca del resto del tejido mamario. Puede ser móvil o fijo, doloroso o indoloro, y variar en tamaño.
Causas comunes de los bultos mamarios
- Quistes: sacos llenos de líquido, frecuentes en mujeres premenopáusicas.
- Fibroadenomas: tumores benignos móviles y sin dolor, comunes en mujeres jóvenes.
- Cambios fibrocísticos: irregularidades en el tejido mamario por fluctuaciones hormonales.
- Abscesos mamarios: infecciones con acumulación de pus, acompañadas de dolor e inflamación.
Señales de alarma: ¿cuándo acudir al médico?
- Cambios en la piel del seno (hundimientos, rugosidad tipo “piel de naranja”).
- Secreción anormal del pezón (especialmente sanguinolenta o espontánea).
- Bultos que persisten o crecen rápidamente.
- Dolor constante o hinchazón inusual.
- Historial familiar de cáncer de mama.
Si notas alguno de estos síntomas, consulta a un especialista de inmediato.
Diagnóstico y tratamiento
El médico puede realizar un examen físico, mamografía, ecografía o biopsia según sea necesario. Si el bulto resulta ser canceroso, el tratamiento puede incluir cirugía, radioterapia, quimioterapia o terapia hormonal, dependiendo del caso.
Prevención y detección temprana
- Autoexploración mensual: ayuda a identificar cambios inusuales.
- Mamografías regulares: recomendadas a partir de los 40 años o antes si hay factores de riesgo.
La detección temprana puede salvar vidas. No ignores los cambios en tu cuerpo y consulta con un especialista ante cualquier duda.